A través de una prosa enérgica, coloquial, a menudo hilarante y siempre corrosiva, Camilo Escalona nos conduce hasta las sórdidas trastiendas de la pasada Dictadura, echando luz sobre los presuntos ganadores del Régimen, antiguos aduladores y verdugos de palacios, criaturas hoy borrosas y amenazadas por el olvido.